Es increíble como pasan los años sin que nos demos cuenta de lo que vamos dejando atrás. De repente nos golpea la madurez y le damos más valor a lo que realmente lo tiene, a los sentimientos, a las personas. Y miramos a nuestros mayores y queremos que se pare el reloj y regresar para que nada cambie, para que nada se nos escape. Agarrar momentos y guardarlos en nuestro interior envueltos con ternura, arropados entre caricias y besos. Disfrutar de cada uno de ellos, como una niña. Y que se queden ahí. Siempre.
domingo, 3 de mayo de 2009
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Amiga Carmen, te he descubierto porque tu me descubriste, te supongo hermana de Sole, y tengo que reconocer que me erizas los pelos cuando te leo. ¿A qué escuela fueron ustedes pa' coger esa sensibidiad? Gracias.
ResponderEliminarVeo que eres una artista de la fotografía. Te envio esta dirección de un amigo mío, bueno, mas de mi sobrina:
ResponderEliminarhttp://imagekuva.blogspot.com/