viernes, 13 de noviembre de 2009

EL ESPACIO QUE OCUPAMOS

Cada uno de nosotros ocupa un espacio para los demás. Así, cada persona con la que nos relacionamos ocupa un espacio mayor o menor dependiendo de la relación que mantengamos con ella.
Cuanto más queramos a alguien, cuanto más esencial sea en nuestras vidas, más espacio ocupará. Por eso, cuando nos faltan, dejan ese inmenso Vacío que nos asfixia y que puede llegar a engullirnos.
Es como una burbuja que llena nuestros rincones, nuestros hogares y nuestros corazones. El día a día, nuestras necesidades, la monotonía que nos envuelve y hasta nuestra esperanza. Ocupa el camino andado y el que nos queda por recorrer. Nuestros mejores momentos, la primera sonrisa del día, el mecer de un arrorró, un sueño cumplido, unas palabras de ternura, el olor de nuestra niñez… Recuerdos que mantenemos vivos en la memoria y que no son más que espacios compartidos con quienes hemos amado.

De alguna manera, ese lugar quedará ahí, ocupado para siempre. Y aunque intangible, jamás podrá ser sustituido.
Sólo se desvanecerá contigo, en el tiempo.

domingo, 1 de noviembre de 2009

LO QUE NUNCA DEBIMOS OLVIDAR

Por aquel entonces tendría unos trece años cuando iba a visitar a mi padre.

Siempre había sido un hombre íntegro, firme en sus convicciones y profundamente religioso. Era todo bondad, incapaz de hacer daño a nadie. Era mi padre y mi madre. Era lo único que tenía.

Nos separaban dos metros entre fila y fila de barrotes y, en medio, un pasillo que recorría un guardia civil bien uniformado con su fusil, como si aquellas familias fueran peligrosas, como si escoltara algo más que no fuera miedo y dolor.

Me miraba con esos ojos tristes mientras intentaba sonreír ocultando su pena. Y decía mi nombre sin pronunciarlo de aquella forma que sólo él sabía.

Le habían arrancado de su familia, despojado de su casa, de su trabajo... Le habían robado su vida. Y hasta sus principios pasaban hambre. Mientras sentía que le había fallado a quienes más quería, que les había abandonado. Pero seguía en pie, como tantos otros, agradeciendo día a día ver un nuevo amanecer y con la esperanza de volver con los suyos.

Algunos dicen que debo olvidar. Pero cómo negar mi recuerdo.