lunes, 8 de junio de 2009

LA SOLEDAD DE LOS AÑOS

Anoche, de golpe, reconocí el miedo en sus ojos. Me encontré cara a cara con la soledad más inmensa. Y comprendí el silencio y el por qué de tanta tristeza. En un instante pude reconocer las respuestas. Todos esos terrores que la invaden. Me trasmitió su temor y su dolor. Su pena. Y me ahogué en sus lágrimas. Y no pude consolarla.
Todos se habían ido sin apenas despedirse. Su juventud se había marchitado casi sin darse cuenta, aunque seguía allí, en su interior, presa del tiempo, guardando sigilosamente las huellas de su vida y con la certeza de que aquellos añorados recuerdos no volverían.
Sólo quería marcharse, huir de aquella espera. Y, muy despacio, guardar su amor en una maleta. Deshacerse como el aire en el viento sin dejar penas, sin guardar rencor. Y viajar lejos hasta donde anida el olvido. Y descansar allí donde lo hacen los que ya se han ido.

3 comentarios:

  1. Probablemente, sólo quiera reencontrarse con quien tanto amó. El miedo es por la incertidumbre.Ella no sabe que nada muere,que sólo se transforma...Si lo supiera, volverías a verla sonreir; cuando lo sepa, no podrás apreciar su sonrisa.

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  2. Nadie lo hubiera podido explicar mejor.

    Mientras tanto, intentaré mantener su sonrisa.

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  3. Qué relato tan bonito!!! me encanta como escribes, esas reflexiones están llenas de sensibilidad. Gracias por compartir...

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