Están los que prefieren el queso al jamón, la carne al pescado, el monte a la playa, los perros a los gatos,... y también están los que esperan y los que no saben esperar.
A todos nos ha tocado alguna vez el listillo que se nos pega en la autopista para que lo dejemos pasar, aunque estemos en una cola. Ese que te angustia hasta que terminas haciendo una mala maniobra para quitártelo de encima. Siempre me he preguntado cuál será el asunto tan importante que irá a resolver y que cree que está por encima de cualquiera de nosotros. O será que simplemente no se para a pensar en que los demás también tenemos cosas de las que ocuparnos y que pueden ser tan o más importantes que la suya.
Quién no tiene un amigo que es muy difícil de localizar, pero que cuando necesita algo tiene que ser ya. Ese que aparece en el momento más inoportuno pidiéndote lo más inesperado. Una llamada al móvil, o peor, un toque en el portero de tu casa, y en dos minutos te pone entre la espada y la pared. Pero no te preocupes... si no puedes solucionarlo ya ya, desaparecerá de tu vida otra vez dejándote con un gran peso de conciencia por no habérselo resuelto.
A todos nos ha tocado alguna vez el listillo que se nos pega en la autopista para que lo dejemos pasar, aunque estemos en una cola. Ese que te angustia hasta que terminas haciendo una mala maniobra para quitártelo de encima. Siempre me he preguntado cuál será el asunto tan importante que irá a resolver y que cree que está por encima de cualquiera de nosotros. O será que simplemente no se para a pensar en que los demás también tenemos cosas de las que ocuparnos y que pueden ser tan o más importantes que la suya.
Quién no tiene un amigo que es muy difícil de localizar, pero que cuando necesita algo tiene que ser ya. Ese que aparece en el momento más inoportuno pidiéndote lo más inesperado. Una llamada al móvil, o peor, un toque en el portero de tu casa, y en dos minutos te pone entre la espada y la pared. Pero no te preocupes... si no puedes solucionarlo ya ya, desaparecerá de tu vida otra vez dejándote con un gran peso de conciencia por no habérselo resuelto.
Es algo que, como otras muchas cosas, no tendrá nunca solución. Pero seguiremos ahí para cuando quiera volver...
Con respecto a tu comentario de que hay dos tipos de personas, yo diria que hay muchos mas,pero lo malo en cuando en la misma persona,hay distintas personalidades.Cuando te encuentras con esa persona que hasta ahora creias que era de una determinada forma,y luego te encuentras que se destapa y aparecen tantos cambios,tantas ambiguedades,que ya realmente ni la conoces.A veces creemos conocer tanto a alquien,que cuando se presenta una determinada situacion,y actua de forma tan distinta como tu esperabas,te quedas que no sabes ni que contestar,no es que espere que la gente nos responda como nosotros esperamos,pero para mi lo mas fuerte es que nos responden con cruelda,sin humildad.Para mi lo peor de este tipo de gente con este perfil,es que escuchan pero no oyen;igual que habla pero no te oigo;le estan contando algo y te cambian de conversacion.
ResponderEliminarLuego estan las personas,que te sorprenden,las incondicionales,las que dan todo a cambio de nada,las que te sorprenden,con un detalle tan insignificante, y al mismo tiempo tan importante,como una llamada de telefono para darte aliento,para decir no te preocupes,veras que todo sale adelante,yo voy a estar contigo,olvidate de todo,no mires para atras.Bueno seguiria escribiendo un rato mas pero ya es tarde,y estoy cansada.
Ambiguedad igual a inestabilidad.
Qué complicado me resulta escribir de los demás, de cómo son o deberían ser. Días, situaciones, malas o buenas temporadas ... las tenemos nosotros y las tienen los demás. Los demás esperan de nosotros, nosotros de ellos y ... así vamos viviendo. Lo importante es que al llegar a casa, nos quitemos las máscaras anti bombas nucleares y cuando nos miremos al espejo, sepamos todavía quienes somos.
ResponderEliminarQue confortable es el balsamo, y como ayuda a curar las heridas,esto es simplemente el resumen de mi comentario anterior.
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