martes, 17 de marzo de 2009

YO APOSTATO


Una amiga me decía esta mañana “yo apostato”, cuando comentábamos las últimas declaraciones de un representante de la iglesia católica española.
Cómo es posible que existan personas que se crean con la potestad de decidir por otras en el cómo y cuándo debemos vivir; o morir. El camino a recorrer lo debemos elegir nosotros mismos, con dignidad. En eso se basa la libertad.
El miedo al progreso es el miedo a la verdad, al crecimiento del ser humano como tal. Y la religión, sea cual sea, no debería ser una barrera, sino un compromiso de superación ante la miseria humana.
Porque lo fácil es creer que puedes decidir por los demás en beneficio propio. Porque lo fácil es ser grande con poder.
Sólo hace falta hacer un repaso a la historia, no tan lejana, y reparar en las barbaridades de las que hemos sido testigos. Está claro que creerse en posesión de la verdad absoluta corrompe.
Cuando nací, no me preguntaron si quería pertenecer a una religión ni esperaron a que fuera adulta para poder elegir, simplemente me bautizaron. Ahora, aunque sólo signifique un número dentro de sus listas, reniego de todos aquellos que basan sus creencias en el miedo, la ignorancia, la hipocresía, la corrupción y la inmoralidad.
Yo, también “apostato”.

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